Ese porcentaje se eleva hasta 22% si la primera succión de leche materna se da durante la primera hora después de haber nacido
La lactancia como punto fundamental para la buena salud de los bebés y sus madres es el enfoque principal de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2018, que se celebra desde el 1 hasta el 7 de agosto. Este año, la celebración está orientada a destacar los múltiples beneficios de esta práctica, considerando su potencial para prevenir el hambre y la malnutrición del neonato en todas sus formas, además de fortalecer su sistema inmunológico.
Estos beneficios, que son tan solo algunos de los tantos relativos a la lactancia, solo pueden conseguirse garantizando su práctica exclusiva hasta los seis meses y complementaria hasta los dos años de vida del recién nacido.
Un estudio realizado en Ghana bajo el auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) arrojó que 16% de las muertes neonatales que ocurren en el mundo podrían evitarse si se garantiza la lactancia materna desde el primer día de vida de los lactantes. Además, el porcentaje se eleva hasta 22% si la primera succión se da durante la primera hora después de haber nacido.
Como si esto fuera poco, tratando el tema en números, la promoción mundial de la lactancia materna se traduce en la posibilidad de salvar las vidas de 1,3 millones de niños y niñas menores de cinco años, si se garantiza su suministro exclusivo hasta los seis meses.
De acuerdo con UNICEF, la lactancia materna: “es clave para la supervivencia del niño y por lo tanto para la consecución de uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM 4), el de reducir la mortalidad infantil“.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también ha publicado que los nutrientes y factores de inmunoprotección contenidos en la leche materna la convierten en el mejor alimento posible para los recién nacidos, siendo capaz de reducir el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil en 12%, lo que se traduce en una disminución de la incidencia de enfermedades crónicas graves asociadas con esas condiciones. Además, informa que los bebés amamantados obtienen de 2 a 5 puntos más en los indicadores de desarrollo cognoscitivo y un mejor desarrollo motriz.
Ante ese panorama tan favorable, la OPS exhorta a médicos, cuidadores, familiares y madres a promover y garantizar esta práctica, y explica que “la leche materna está llena de inmunoglobulinas que protegen a los bebés contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, entre otras enfermedades. Amamantar inmediatamente después del nacimiento es importante porque el sistema inmunitario de los recién nacidos aún no está del todo maduro. Es por ello que muchas veces se denomina a la lactancia materna como la primera vacuna“.
Cifras difundidas en 2017 por la Organización Mundial de la Salud revelan que solo 40% de los bebés del mundo recibían lactancia materna exclusiva. En Argentina, la data recogida por este ente sanitario reveló un porcentaje menor a la media, al detallar que solo 33% de los argentinos recién nacidos son alimentados de forma exclusiva a través de la lactancia.
Esperando mejorar estos números a nivel global para favorecer la salud de madres y niños, la campaña por la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2018 plantea las siguientes estrategias: informar a la población, anclar la lactancia materna dentro de diferentes agendas políticas, promover el trabajo conjunto y en red de personas individuales y organizaciones y desarrollar estrategias de difusión y apoyo a la lactancia materna.
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