Comenzaron a aplicar una tercera dosis, desafiando la recomendación de las autoridades sanitarias internacionales.
Israel, Alemania, Francia, Austria y Estados Unidos ya avanzan en planes para aplicar vacunas de refuerzo a los sectores más vulnerables de su población. Al igual que esos países, Chile y Uruguay se transformaron en los primeros países de Latinoamérica en comenzar a aplicar terceras dosis. La decisión desafía la recomendación de las autoridades sanitarias internacionales.
En Chile, la vacunación de refuerzo con la vacuna AstraZeneca inició el miércoles 11 de este mes, en las personas mayores de 86 años. Según el presidente de ese país, Sebastián Piñera, durante las siguientes 4 semanas se espera inocular a 2 millones de personas de más de 55 años. Luego, en septiembre, se continuará con personas de menor edad. También podrán recibir una nueva dosis de CoronaVac (Sinovac) las personas mayores de 16 años e inmunocomprometidas.
La medida se anunció tras conocerse los resultados de un estudio que indicó que, con el transcurso del tiempo, las vacunas de Pfizer y CoronaVac disminuyen su efectividad para prevenir el contagio sintomático.
Esto es especialmente notorio en el caso de CoronaVac, administrada al 72% de la población objetivo. Los anticuerpos generados por esta vacuna decaen de manera significativa a partir del sexto mes. Asimismo, presenta una eficacia del 65,3% para detener contagios, frente al 95% de Pfizer/BioNTech y el 80% de AstraZeneca.
En Uruguay, en tanto, el martes 10 de este mes se empezaron a enviar mensajes con fecha, hora y lugar de vacunación para recibir como tercera dosis la vacuna Comirnaty (Pfizer/BioNTech). Los beneficiarios serán quienes antes se vacunaron con dos dosis de CoronaVac. Y tras haber transcurrido 90 días desde la última aplicación.
En este sentido, el subsecretario de Salud Pública, José Luis Satdjian, señaló que el aviso de la tercera y cuarta dosis debería llegarles, en breve también, a personas con inmunosupresión.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) insistió en que todavía no hay suficientes evidencias para avalar la aplicación de terceras dosis y señaló que la “gran prioridad” debe ser vacunar a quienes aún no completaron el esquema de dos inmunizaciones.
Por su parte, hace algunas semanas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los países ricos que todavía no comiencen con la aplicación de terceras dosis. El organismo les solicitó que esperaran a que hubiera vacunas suficientes para inmunizar a, al menos, el 10% de la población de cada país. Así, se protegería a quienes están en mayor riesgo de desarrollar cuadros graves de COVID-19.
De 4.000 millones de vacunas administradas a nivel global, más del 80% lo han sido en países de ingresos altos y medios. Estos representan, en conjunto, menos de la mitad de la población mundial.
En la misma línea que Uruguay y Chile, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó la administración de una tercera dosis de las vacunas contra la COVID-19 de Pfizer y Moderna a las personas inmunodeprimidas.
Se trata, según este ente regulador, de un grupo pequeño de la población, formado por pacientes receptores de trasplantes de órganos. También, “aquellos a quienes se les diagnostican condiciones que se considera que tienen un nivel equivalente de inmunosupresión“.
El trasplante de órganos o hematológico, el VIH, el cáncer, inmunodeficiencias, enfermedades autoinmunes o reumáticas o incluso la malnutrición, serían algunos ejemplos.
Existen datos oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés). Un 59,2% de los estadounidenses ha recibido al menos una dosis de alguna de las vacunas. En tanto que un 50,2% la pauta completa.
La comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock, expresó que la nueva ola de la pandemia que está afectando a Estados Unidos representa un “riesgo particular de contraer una enfermedad grave” para las personas inmunodeprimidas.
Para el resto de personas fuera del grupo de las inmunodeprimidas y que completaron el esquema de dos vacunas, la FDA subrayó que siguen “adecuadamente protegidas y no necesitan una dosis adicional de la vacuna COVID-19 en este momento”.
Este aviso llega cuando medios locales han revelado que algunas personas en Estados Unidos están aprovechando la falta de controles rigurosos para recibir una tercera dosis sin que esté aprobado ni recomendado por las autoridades.
Pero, mientras algunos estadounidenses requieren sus terceras dosis, otros no se han siquiera aplicado la primera. Pese a que el país cuenta desde hace meses con vacunas suficientes para toda su población, la campaña de vacunación se ha topado con escepticismo y rechazo por parte de algunos sectores, especialmente minorías raciales y grupos conservadores.
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