La combinación de vacunas se está analizando para completar los esquemas vacunales.
La combinación de vacunas se está analizando a nivel mundial para completar los esquemas vacunales y garantizar una inmunidad estable de la población, sobre todo en un escenario de expansión de la variante Delta del SARS-CoV-2, que expresa una mayor transmisibilidad.
Por ejemplo, en Reino Unido y España se llevaron a cabo diversas investigaciones que tuvieron el propósito de conocer el grado de seguridad de combinar dos inmunizaciones: AstraZeneca y Pfizer. En ellas se demostró que tal combinación resultó segura y eficaz, pues provocó una fuerte respuesta inmune en los voluntarios. En cuanto a los efectos secundarios, fueron de leves a moderados e incluyeron fiebre, escalofríos, fatiga o dolor de cabeza.
Sin embargo, poco se sabía en cuanto a la combinación de Sputnik V con otro tipo de inmunizaciones. Por eso, frente a la escasez de segundas dosis de “la vacuna rusa”, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, junto con investigadores de la Fundación Instituto Leloir (FIL), llevó adelante un estudio que analiza la combinación de esta vacuna con Sinopharm o AstraZeneca. Y, recientemente, el organismo sanitario argentino expresó públicamente que los resultados preliminares del estudio son alentadores.
Según la pesquisa, los voluntarios que ya tenían una dosis del primer componente de Sputnik V presentaron un aumento en los niveles de anticuerpos tras la aplicación de dosis de Sinopharm o AstraZeneca. Luego de recibir el segundo componente de estas vacunas fueron sometidos a un estudio de anticuerpos a los 14 días.
Se les realizará el mismo test a los 28 días para monitorear la respuesta inmune inducida por la combinación de las vacunas.
Para la medición de los anticuerpos se utilizó COVIDAR, un test serológico desarrollado, el año pasado, en la FIL.
El Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés) informó los resultados preliminares de un estudio sobre el uso combinado de la vacuna de AstraZeneca y la primera dosis de Sputnik V.
En el reporte se sostiene que la mencionada combinación resultó eficaz contra la infección por SARS-CoV-2. Asimismo, se indica que no se produjeron efectos secundarios en las personas inmunizadas ni casos de COVID-19 después de la vacunación.
La investigación, que se llevó adelante en la República de Azerbaiyán, se inició en el mes de febrero. Hasta la fecha se ha vacunado a 50 voluntarios y el reclutamiento para los ensayos clínicos continúa con la admisión de más participantes.
En diciembre del año 2020, el RDIF y el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya, desarrollador de la vacuna Sputnik V, firmaron un acuerdo de cooperación con AstraZeneca para la producción conjunta de vacunas contra el SARS-CoV-2.
En este sentido, la directora general de AstraZeneca en Rusia y Eurasia, Irina Panarina, afirmó que “el refuerzo primario heterogéneo, en el que se administran componentes de diferentes vacunas a un paciente, es uno de los esquemas de vacunación a estudiar más prometedores” para prevenir la propagación de nuevas cepas del virus y posibilitar la aplicación de dosis de refuerzo en la población, en caso de que sean necesarias.
Por el momento, solo algunos países han autorizado la aplicación de dosis de refuerzo de las vacunas. Estados Unidos permitió la aplicación de una tercera dosis de las vacunas de Pfizer/BioNTech o Moderna para personas inmunodeprimidas. En tanto, Israel emitió una medida similar para su población con esa misma condición inmunológica. También, autorizó dosis de refuerzo para los mayores de 50 años sanos.
En Argentina, el pasado 9 de agosto, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, admitió la posibilidad de aplicar dosis de refuerzo o terceras dosis a la población que así lo requiera, aunque ratificó que este mes será dedicado a completar los esquemas de vacunación de dos dosis a los mayores de 50 años.
Por otro lado, la funcionaria no descartó que se apliquen dosis de refuerzo a la población considerada estratégica.
Los especialistas no se ponen de acuerdo sobre la necesidad de aplicar dosis de refuerzo a personas sanas. Las dificultades para adoptar una decisión al respecto residen en que todavía se desconoce cuánto tiempo dura la protección inmunológica de las vacunas aplicadas.
Respecto de este tema, los laboratorios Pfizer y BioNTech comunicaron que la tercera dosis de su inoculante contra el SARS-CoV-2 tiene el potencial de preservar niveles más altos de eficacia contra todas las variantes actualmente probadas. De hecho, la versión actualizada de la vacuna está dirigida a la proteína Spike de la variante Delta.
Por su parte, tanto Moderna como Johnson & Johnson investigan el uso potencial de las vacunas de refuerzo.
Agencia CyTA Argentina.gob.ar
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