Ante tal panorama, el pasado 31 de mayo, en el marco del Día Mundial sin Tabaco, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, publicó un decreto con el que se prohibió la circulación y comercialización en el interior de la República.
En años recientes, diversas investigaciones científicas han alertado acerca del daño a la salud que causa el uso de los llamados vapeadores y cigarros electrónicos. Suconsumo se ha incrementado de manera considerable en todo el mundo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco.
Por tales motivos, la venta de sistemas electrónicos de administración de nicotina está prohibida en 32 países. En otros 79 han adoptado al menos una medida parcial para prohibir su uso en lugares públicos, regular su publicidad, patrocinio y empaquetado.
En Costa Rica, por ejemplo, en enero pasado se aprobó una ley que regula los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN). También, los sistemas similares sin nicotina (SSSN) y los dispositivos electrónicos que utilizan tabaco calentado y tecnología similar. Dicha ley ordenó la aplicación de un impuesto de un 20% a estos productos. Además, se prohibió su uso en lugares públicos como hospitales, centros de trabajo y escuelas.
En Argentina, también se reguló el consumo y la comercialización de estos dispositivos. Además, se declaró como nocivas para la salud a las sustancias utilizadas en el vapeo. También se prohibió su publicidad, promoción y patrocinio en los medios de comunicación y no se permite su uso en lugares cerrados.
El Instituto de Salud Pública de Chile, por su parte, advirtió de los riesgos relacionados al uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores. Además, ordenó que los utilizados como tratamiento para dejar de fumar deben contar con registro sanitario.
En junio de 2022, la Comisión Europea (CE) propuso prohibir la venta en los países comunitarios de los dispositivos electrónicos que utilizan tabaco calentado. Esta fue una acción más de la estrategia contra el cáncer, ante el aumento de ventas de estos productos. Y, en especial, por el incremento del consumo entre los menores de 25 años. Un informe comunitario indicaba que la venta de tabaco calentado se multiplicó por 20 en dos años.
El tabaco de sabores está prohibido en la Unión Europea desde el 2020, solo se permiten los usados en sistemas de calentado.
Asimismo, en junio pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) prohibió la venta de todos los productos de la marca Juul. Esta es una de las principales empresas de cigarrillos electrónicos del país.
En México, de acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), al menos 5.02 millones de personas entre 12 y 65 años han usado alguna vez un vapeador. Aparte, 975 mil lo utilizan. Asimismo, 938 mil adolescentes han usado alguna vez estos dispositivos y 160 mil los consumen. Los hombres los consumen 2.5 veces más que las mujeres.
Ante tal panorama, el pasado 31 de mayo, en el marco del Día Mundial sin Tabaco, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, publicó un decreto. En este, se prohibió la “circulación y comercialización en el interior de la república, cualquiera sea su procedencia, de los sistemas electrónicos de administración de nicotina. También de sistemas similares sin nicotina, sistemas alternativos de consumo de nicotina, cigarrillos electrónicos y dispositivos vaporizadores con usos similares. Además de las soluciones y mezclas utilizadas en dichos sistemas”.
Antes de este decreto, el Estado mexicano ya había realizado varios intentos legales en el mismo sentido. De hecho, en el decreto del 31 de mayo se reconoce que tales medidas “han resultado insuficientes”. Básicamente, debido a que en la actualidad “circulan libremente estas mercancías en el territorio mexicano. Esto impide hacer efectivo para los habitantes del país el derecho a la salud que están obligadas a garantizar las autoridades del Estado mexicano”.
En el contexto del decreto presidencial y el Día Mundial sin Tabaco, Inti Barrientos Gutiérrez, investigador del Departamento de Investigación sobre Tabaco del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas del Instituto Nacional de Salud Pública (CIEE-INSP), ofreció una conferencia de prensa. Allí, expresó su punto de vista acerca del impacto en la salud personal y pública que tiene el uso de vapeadores y cigarros electrónicos en México.
En primera instancia, el maestro Inti Barrientos recordó que el cigarro electrónico ya estaba prohibido en México desde 2012. Así dispone la fracción VI, del artículo 16, de la Ley General para el Control del Tabaco. Mediante el reciente decreto presidencial, “lo que se reafirma es la decisión del Estado de mantenerlos prohibidos”.
Resaltó que, a pesar de tal prohibición, el consumo de este tipo de productos ha crecido en México, donde existe más de 1 millón de consumidores adultos y cerca de 300 mil consumidores adolescentes y jóvenes.
El especialista mexicano llamó la atención sobre el hecho de que la mayoría de las personas en México son usuarios duales, es decir, fuman cigarros convencionales y también consumen este tipo de productos, supuestamente para dejar de fumar. En este sentido, explicó que, por lo general, tales usuarios consumen los cigarros convencionales en sitios permitidos y cuando se encuentran en espacios libres de humo de tabaco utilizan este tipo de productos electrónicos. Con lo cual se generan “un daño aumentado, ya que no solo no están disminuyendo sino que están aumentando su consumo de nicotina”.
Además, alertó que estos productos sirven para “reclutar a nuevos consumidores en la adicción a la nicotina, pues son fáciles de conseguir, fáciles de consumir, tienen sabores ‘agradables’, así como una gran cantidad de nicotina que engancha a las personas en su consumo”. En especial a la población adolescente, por lo que este mercado, lejos de disminuir, está creciendo”.
El investigador del Instituto Nacional de Salud Pública indicó que antes los cigarros electrónicos se parecían más a los convencionales. Sin embargo, ahora sus diseños son distintos, por lo que su denominación ha derivado hacia el de vapeador o vaporizador.
“Se trata de una cuestión de mercadotecnia y de querer separarse del cigarro. Intentan simular que no son lo mismo e idealmente mostrar que son menos dañinos”, consideró.
En este sentido, dijo, con su evolución hacia “artilugios” más complejos y potentes, los cigarros electrónicos generan mayor cantidad de aerosoles. Lo que provoca un mayor consumo de nicotina, pues utilizan líquidos que pueden contener cantidades relativamente bajas de nicotina o concentraciones muy altas.
Explicó que los líquidos de nicotina base van de 0 hasta 12 miligramos sobre mililitro y los usados en dispositivos más pequeños con sales de nicotina pueden llegar a los 50 o 60 miligramos sobre mililitro. En comparativa, un cigarro combustible o convencional tiene de 10 a 12 miligramos sobre mililitro. “Esto significa que hay una cantidad muy alta de nicotina sobre mililitro en los vapeadores actuales”, alertó.
Lo más novedoso, relató el investigador del CIEE-INSP, “son los vapeadores desechables que se pueden encontrar en cualquier máquina expendedora y son más pequeños, más delgados y con un cantidad muy alta de nicotina”.
Respecto a por qué no se prohíben los cigarros combustibles, el especialista recordó que el tabaco combustible se utiliza desde hace miles de años y desde el siglo XV hasta la fecha ha tenido un desarrollo comercial muy importante. “Prohibir de golpe el tabaco generaría un problema, pues sería imposible tratar al mismo tiempo a 15 millones de personas que tienen una adicción, por tanto, se trabaja en bajar lo más posible esa tasa, a un nivel que sea manejable, inferior a 5 millones, para iniciar acciones cada vez más enérgicas contra el producto. Lo importante ahora es disminuir la cantidad de gente que consume nicotina”.
También recordó que desde hace más de veinte años en todo el mundo se ha trabajado mucho para disminuir el consumo de tabaco y nicotina. “En México hemos tenido mucho éxito al respecto, logrando disminuir tasas muy altas a una tasa media de consumidores de alrededor de 15 millones”, resaltó.
En 2018, un grupo de especialistas mexicanos del Instituto Nacional de Salud Pública, en un artículo titulado “Nuevos productos de tabaco, una amenaza para el control de tabaco y la salud pública de México”, publicado en la revista Salud Pública de México, alertaba sobre los riesgos de salud que implicaba el uso y consumo de vapeadores y cigarros electrónicos.
En dicho estudio, se afirma que los “E Cigs, e-hookahs, mods, vape-pens, los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN), los sistemas similares sin nicotina (SSSN) y los sistemas alternativos de consumo de nicotina (SACN) contienen sustancias tóxicas en sus contenidos (e-liquid). Además en sus aerosoles; la mayoría de ellos contienen nicotina, sustancia altamente adictiva que afecta el desarrollo neurológico, particularmente en los niños, adolescentes y fetos (cuando los consumen mujeres embarazadas)”.
Además, se indica que existe suficiente evidencia internacional que demuestra que el uso de estos dispositivos electrónicos “promueve la experimentación y el consumo de los cigarros combustibles entre los jóvenes; este hallazgo ya se observa en las encuestas nacionales y en los estudios longitudinales en México”.
Además, se alerta que “la evidencia científica actual permite concluir que los E Cig, SEAN y SACN no son una estrategia eficaz para la cesación tabáquica entre los adultos”.
En 2019, especialistas de la Universidad Estatal de Arizona publicaron una investigación acerca del acetato de vitamina E. Lo distinguían como causa admisible de enfermedad aguda relacionada con el vapeo. El estudio alertaba que esta sustancia química es muy dañina y puede contribuir a las enfermedades y muertes relacionadas con el uso de tales dispositivos.
En esta investigación, los expertos explican que “las exploraciones pulmonares han revelado diferentes contornos del parénquima pulmonar que sugieren posibles procesos diferentes en la lesión. Un patrón apunta a la neumonía lipoidea que puede ocurrir con ingredientes que contienen lípidos o aceites en aerosol en las vías respiratorias que causan inflamación y compromiso de la función.
“El epitelio respiratorio —continúa el estudio— tiene una red complicada de membranas extracelulares esenciales para la respiración y la supervivencia. Las membranas de surfactante forman una monocapa estable en la interfaz aire-líquido. Esto reduce la tensión superficial en la interfaz aire-líquido y, por lo tanto, estabiliza el pulmón contra el colapso y ayuda a expandir los pulmones. El aceite en el pulmón interfiere con esta coexistencia de fase lipídica ordenada/desordenada en el surfactante pulmonar con alteraciones en la coexistencia de fase”.
Los especialistas de la Universidad de Arizona hicieron un llamado “urgente de acción de salud pública, especialmente a la luz de las complicaciones de muerte por lesión pulmonar asociada al uso de productos de vapeo (EVALI). También llamada lesión pulmonar asociada al vapeo (VAPI)”.
En 2021, investigadores del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y de la Universidad Nacional Autónoma de México realizaron un análisis bibliométrico de 79 investigaciones que en todo el mundo se han realizado acerca del daño pulmonar causado por productos de tabaco calentados y sistemas electrónicos de suministro de nicotina.
En este estudio se concluye que “el uso de ENDS (sistemas electrónicos de suministro de nicotina) y HTP (productos de tabaco calentado) está implicado en daños relacionados con el desarrollo de enfermedades pulmonares”.
Además, se advierte que “la evidencia disponible hasta el momento es lo suficientemente importante como para que los médicos, investigadores y legisladores de salud pública aborden estos dispositivos como un problema emergente de salud pública que necesita regulación”.
Emergentología
Oncología
90 horasDecreto: https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5653845&fecha=31/05/2022#gsc.tab=0
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tobacco
Inti Barrientos Gutiérrez: [email protected]
Alerta sanitaria: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/726922/CR_19-05-22.pdf
Instituto Nacional de Salud Pública: Reynales-Shigematsu, L. M., Barrientos-Gutiérrez, I., Zavala-Arciniega, L., & Arillo-Santillán, E. (2018). “Nuevos productos de tabaco, una amenaza para el control de tabaco y la salud pública de México”. Salud Pública de México, 60(5, sep-oct), 598-604. https://doi.org/10.21149/9682
Universidad de Arizona: (Boudi, F. B., Patel, S., Boudi, A., & Chan, C. (2019). Vitamin E Acetate as a Plausible Cause of Acute Vaping-related Illness. Cureus, 11(12), e6350. https://doi.org/10.7759/cureus.6350)
Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y de la Universidad Nacional Autónoma de México: Bravo-Gutiérrez, O.A.; Falfán-Valencia, R.; Ramírez-Venegas, A.; Sansores, R.H.; Ponciano-Rodríguez, G.; Pérez-Rubio, G. Lung Damage Caused by Heated Tobacco Products and Electronic Nicotine Delivery Systems: A Systematic Review. Int. J. Environ. Res. Public Health 2021, 18, 4079. https://doi.org/10.3390/ijerph18084079
https://www.espm.mx/blog/cigarros-electronicos-o-vapeadores/
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