Un estudio realizado por médicos argentinos reveló una relación entre la capacidad auditiva de las personas y la altitud de las ciudades en las que residen. Los resultados de la investigación precisan que en las zonas ubicadas a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar se presenta la mayor prevalencia de disgenesia auditiva.

“La disgenesia auditiva es una malformación del oído externo. Consiste en la falta total del conducto auditivo, por lo que genera hipoacusia”, explicó a la agencia Télam Mario Zernotti, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Sanatorio Allende partícipe de la investigación.

El estudio fue publicado en la revista PubMed, de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, y representa un adelanto en la comprensión de esta patología. El otorrinolaringólogo señaló a la agencia de noticias que la prevalencia de esta malformación equivale, según publicaciones internacionales, a 1 caso de cada 7.000 o 10.000 nacidos vivos, mientras que el estudio del que participó demostró que “los resultados están asociados a determinadas zonas geográficas”.

Para llevar adelante esta investigación, Zernotti y su equipo analizaron los registros de tres hospitales de referencia en Argentina. El proceso permitió distinguir que los resultados variaban según la zona del país en la que hicieran vida los pacientes. “Por ejemplo, en la zona central, de descendencia principalmente europea, hay una prevalencia de 1 cada 7.000 nacidos vivos, mientras que la zona mestiza del país (Córdoba o Santiago del Estero) tiene una prevalencia de 1 caso cada 2.500 nacidos vivos”, detalló a Télam.

Esta tendencia se hacía aún más notoria mientras más aumentaba la altura del sector. “En la zona del norte que lindera con Bolivia, la Puna Argentina, la prevalencia aumenta a 1 caso cada 500 nacidos vivos, por lo que es, posiblemente, el lugar con más frecuencia de disgenesias auditivas del mundo”.

Posibles causas

Hasta el momento, el factor genético había sido manejado por los expertos como principal responsable de la aparición de esta malformación, pero ahora se puede añadir que la altura sería uno de los detonantes de la expresión de esa tendencia.

“Si bien no se conocen las causas de la patología, se sabe que está asociada a una cuestión genética. No obstante, ese rasgo se manifestaría con algunas asociaciones como la elevada altitud, ya que no es casual que los lugares con más prevalencia sean Quito, la Puna Argentina, parte de Perú o la Ciudad de México, que están ubicadas a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar. De allí dedujimos que la falta de oxígeno (hipoxia) hace que el gen involucrado se exprese“, explicó a esta agencia el médico e investigador.

Con respecto a los problemas de audición en niños, la fonoaudióloga Mónica Matti comentó en Télam un estudio realizado recientemente por Centros Auditivos Gaes, que entrevistó a personas que residen en ciudad y provincia de Buenos Aires, Rosario y la capital de Córdoba y determinó que “62% de la población cree que la pérdida auditiva está relacionada con la edad”. No obstante, son muchos los motivos que podrían generarla incluso desde el nacimiento o en la infancia.

La fonoaudióloga de la empresa de audición Med-El Micaela Constanzo destacó a la agencia de noticias que la detección temprana de la hipoacusia que padecen quienes sufren disgenesia es “fundamental” para la calidad de vida del niño.

“Las 12 primeras semanas de vida extrauterina son muy importantes para el desarrollo de las vías auditivas. La identificación e intervención temprana se asocian con un mejor desarrollo del lenguaje”, precisó.

Lea también: 10 recomendaciones para la atención de pacientes con discapacidad auditiva severa